Por Laura Soto
Alojarse en el Hotel Llao Llao no es para muchos. Ahora si querés volver a sentir que estás con tu tía la gorda tomando el té a la inglesa, no dejes de reservar un lugar en la confitería que está en el jardín de invierno.
Gracias a las promociones que hay en el Hotel Llao Llao para alojarse fuera de temporada, pude conocer el Hotel por dentro y visitar todos sus recovecos. No está abierto al público y por lo tanto no se puede visitar. Pero, para mi gran fortuna, descubrí en ese viaje que se podía reservar lugar para almorzar o tomar el té en el gran jardín de invierno con vista al lago. No sólo eso, sino que este espacio, al que da todo el sol en forma directa, es mucho mejor a la alternativa de almorzar en el comedor del hotel.
Así que ya saben, si van a Bariloche, lo mejor es reservar con tiempo. Almorzamos con un grupo de amigos una tarde fría de invierno, no podíamos terminar con la charla amena y el café. Cuando vimos cómo ya preparaban todo para el té de las cinco. Unas mesas dulces y bocados salados pintados por un verdadero artista.
Volvimos pronto para degustar estas exquisiteces y a recordar los detalles de la infancia: la tetera cubierta e individual para cada uno, infinidad de pastelería dulce de la que hubiera querido conocer su nombre, no faltaba nada.
La placidez y el relax especiales para nosotros que buscamos, más que recorrer alocadamente una ciudad, esta serenidad sutil de los lugares y los sabores, para degustarlos y dejar que el mundo corra ahí afuera.
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