Por Laura A. Soto
En ferias regionales, al costado de la ruta camino a la Cordillera, podés encontrar a buen precio y extraordinaria calidad “hongos secos”. Son las famosas gírgolas, y si tenés suerte los podés encontrar frescos, son toda una exquisitez y lo mejor del mundo fungi. Si te hacés un minuto y parás a comprarlos, no te vas a arrepentir.
Podés molerlos hasta que queden tipo una harina rústica, unos 200 gramos son suficientes, mezclalos con 600 grs. de harina. Uní todo con unos 8 huevos hasta que quede parejo. Guardalo en la heladera por espacio de 25 minutos envuelta en un repasador. Ya tenés la masa para armar los capelletis. El relleno es fácil: colocá 200gs de esos mismos hongos secos a saltear con manteca en una sartén cómoda, con 3 puerros grandes picados y varios chorritos de oporto para darle consistencia. Agregarle queso rallado, mucho, como a vos te gusta.
Mezclar bien. Estirar la masa, estirarla (esto va a ser lo más trabajoso, pero vale la pena!!!), cortarla en redondeles utilizando una taza de café. Rellenar y doblar a la mitad uniendo las puntas. Después de hervirlos en agua caliente, retirarlos de a uno y rociarlos con un salteado de verduras cortadas en bastones finos, tipo ají verde, morrón, zucchini, tomate, zanahoria y un toque de aceitunas.
Acompañalo con un buen vino patagónico. Después una buena siesta a orillas del lago y el solcito en el corazón.
En ferias regionales, al costado de la ruta camino a la Cordillera, podés encontrar a buen precio y extraordinaria calidad “hongos secos”. Son las famosas gírgolas, y si tenés suerte los podés encontrar frescos, son toda una exquisitez y lo mejor del mundo fungi. Si te hacés un minuto y parás a comprarlos, no te vas a arrepentir.
Podés molerlos hasta que queden tipo una harina rústica, unos 200 gramos son suficientes, mezclalos con 600 grs. de harina. Uní todo con unos 8 huevos hasta que quede parejo. Guardalo en la heladera por espacio de 25 minutos envuelta en un repasador. Ya tenés la masa para armar los capelletis. El relleno es fácil: colocá 200gs de esos mismos hongos secos a saltear con manteca en una sartén cómoda, con 3 puerros grandes picados y varios chorritos de oporto para darle consistencia. Agregarle queso rallado, mucho, como a vos te gusta.
Mezclar bien. Estirar la masa, estirarla (esto va a ser lo más trabajoso, pero vale la pena!!!), cortarla en redondeles utilizando una taza de café. Rellenar y doblar a la mitad uniendo las puntas. Después de hervirlos en agua caliente, retirarlos de a uno y rociarlos con un salteado de verduras cortadas en bastones finos, tipo ají verde, morrón, zucchini, tomate, zanahoria y un toque de aceitunas.
Acompañalo con un buen vino patagónico. Después una buena siesta a orillas del lago y el solcito en el corazón.
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