El tango a flor de piel





El tango en el recuerdo de la infancia, para quienes tenemos más de cincuenta, en la voz de Carlos Gardel.

Graciela M Fernández


La generación de los más cincuenta, podrán recordar los tangos que pasaban por la radio o los programas en la televisión.

Muchos de nuestros padres y abuelos eran fanáticos de Carlos Gardel, Julio Sosa, Angel Magaña, los tangueros más tradicionales.

Me crié escuchando al morocho del Abasto, y veía a mi padre llorar con sus canciones. Esa voz tan maravillosa, sigue viva en los amantes de esta música típica de Buenos Aires.

Cuando era chica mi papá fue con mi hermano a la casa de Carlos Gardel, a escuchar cantar a Julio Sosa, yo quería ir también, pero no me llevó, porque era salido de hombres. En esa época estaba muy marcada la diferencia y las mujeres teníamos que quedarnos en casa cuando el padre lo decidía.

Cuando ya tenía edad suficiente y mucha curiosidad, visité la casa del mayor representante de este género musical,que tanto identifica a los porteños.

Lo primero que quise averiguar si en el que fue su hogar, encontraría respuesta a la incógnita sobre su nacimiento, porque algunos dicen que fue en Francia, Toulouse, el 11 de diciembre de 1890, y que su verdadero nombre era Charles Romuald Gardes, hijo de padre desconocido y de Berthe Gardes y que en 1893 llegaron a Buenos Aires, hospedandose en una pensión.

Los uruguayos aseguran que el nacimiento fue en su país, pero no hay ningún registro legal que así lo confirme, tampoco lo hay de Francia.

La duda surgió porque en 1933 en una de sus giras por Europa, que se extendió por un período de dos años, dejó escrito un testamento de puño y letra, en el que cede todos sus bienes a la madre y en él manifestó haber nacido en Toulouse, Francia, pero quienes consideran que nació en Uruguay, no creen en la veracidad de ese testamento.

Los uruguayos aseguran que es hijo de un personaje del mundo del espectáculo que tenía una amante y que la mujer al dar a luz, lo entregó en adopción a su planchadora Bertha Gardes. La verdad nunca se sabrá, porque la justicia francesa no aceptó realizar el ADN a su cadáver.

Lo importante en esta historia es recordarlo por su voz y el valor que tiene como símbolo de identidad de Buenos Aires.

En 1910 cuando termina los estudios en la escuela primaria, realiza varias tareas: como aprendiz de relojero, tipógrafo, ilustrador y de claqué en los grandes teatros. Así es como comienza a aparecer en el mercado de Abasto, (en esa época era de frutas y verduras por mayor) en el centro de la ciudad de Buenos Aires.

En 1912 se forma el dúo Gardel - Martino, el terceto Gardel-Martino-Razzano-y el cuarteto Gardel-Martino-Razzano-Salinas.

A partir de ese momento comienza una etapa de éxitos musicales, que se destacaba por la voz de Carlos Gardel.

En 1925 se separa y comienza a grabar como solista con el sello Odeón. Viaja con frecuencia a Francia y se presentó en el Teatro Ópera de París. Su carrera iba en aumento. Su carisma, elegancia, voz y simpatía, lo acompañaron e hicieron que cada día, fuera más exitoso.

Pero el destino le jugó una mala pasada porque el 24 de Junio de 1935 en Medellín Colombia, muere en un accidente de avión. El último tango que cantó en esa ciudad fue “Tomo y Obligo”. todos los amantes del tango lo lloraron y por suerte nunca lo olvidaron. Aún sigue vivo en el recuerdo.

En la calle Jean Jaurés 735 Buenos Aires, donde vivió junto a su madre, actualmente es el Museo Casa Carlos Gardel, que como todos sabemos cada día canta mejor.

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